- Devolverle una imagen positiva y ajustada de sí mismo, sin inflar ni exagerar ningún aspecto, aceptándole.
-Motivarle a afrontar el conocimiento de lo que le rodea con curiosidad e interés.
-Reforzar al niño en sus logros sin recalcar sus fracasos. Relativizar su fallo.
-Darle la oportunidad a que se enfrente a los conflictos y ponga en juego sus habilidades para que pueda resolverlos de forma autónoma.
-Criticar sus actos, nunca a su persona. Por ejemplo, podemos expresar “Eso está mal”, pero nunca le diremos “Eres un desastre”.
-Asegurarle nuestro cariño y afecto incondicional independientemente de sus logros y comportamientos.
-La autoestima de los padres está en estrecha relación con la de sus hijos, si no estamos seguros de cómo transmitirle seguridad al niño, es aconsejable asistir a un profesional.
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