Pediatras y ginecólogos italianos y franceses concluyen que la pubertad precoz es frecuente en niñas adoptadas de países no desarrollados o en vía de desarrollo. Muchas de estas niñas llegan a sus nuevos hogares en un estado de desnutrición crónica, con déficit de peso y talla, pero desarrollan un rápido crecimiento (catch-up) con lo que en unos pocos meses alcanzan su masa corporal determinada genéticamente. En el desarrollo de una pubertad precoz están implicados factores relativos a un cambio de nutrición, a cambios neurohormonales o estar implicadas situaciones psicoafectivas. La hipótesis endocrinológica es la siguiente: en la pubertad femenina normal se produce un aumento importante del tejido graso, y de la masa muscular. Los estudios hechos "in vitro" sobre células grasas muestran que hay conversión de andrógenos de origen suprarrenal a estrógenos. Por lo tanto, el aumento rápido del peso del cuerpo observado en estas niñas probablemente es asociado a un aumento en la circulación de los niveles de estimulación precoz del eje hipotalámicohipofisis- gónadas.
Si a todo esto le sumamos que hay una creencia errónea de que la pubertad precoz es un acontecimiento normal en niños que proceden de países en vías de desarrollo tenemos que se ignora un hecho que puede ser clave en la adaptación de estas niñas en su nuevo país. Ya no solo se diferencian de sus compañeras del colegio en que son de distinto color de piel, sino que sus cuerpos desarrollan a un ritmo mucho más superior que niñas de su misma edad. Este es un asunto en el que tiene cabida la implicación psicológica a través de la elaboración de programas de intervención en una mejor adaptación de los niños adoptados.
Hemos planteado un fenómeno fisiológico el cual se manifiesta en el cuerpo de estas niñas en el que tiene cabida actuar sobre las repercusiones a nivel psicológico. La psicología actuaría trabajando en una buena asimilación de esos cambios consolidando una buena autoestima y una buena autoeficacia en un buen funcionamiento psicosocial de estas niñas, todo con el fin de mejorar la calidad de su nueva vida. Además las habilidades sociales es un campo muy importante para un buen ajuste psicosocial de cualquier persona a su entorno, pero cuando cambiamos de cultura y costumbres, la importancia de éstas se multiplica. El conocimiento de la sociedad en la que nos adentramos es un proceso duro y la asimilación muchas veces no es fácil.
Almudena Rodríguez, psicóloga
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